jueves, 29 de enero de 2009
Si todo es un juego...
Ha vuelto, cuando creí haberlo dado por perdido, lo encontré, de casualidad, como el que no quiere la cosa...
No pensé que sería tan inmediato, falta poco para que acabe el mes, por eso no lo esperaba. Hace frio, estuvo lloviendo y sin embargo ahí estaban ellos, uno, el mayor chutaba balonazos contra la pared más alta y sin ventanas, los otros, mientras, se embutían en fuertes armaduras, corazas irrompibles realizadas con las cajas de cartón que encontraban en el contenedor, como el arma que les habría de salvar la vida, blandían un trozo de palo de fregona que generosamente habían partido a la mitad para tener una cada uno, y así, estar preparados para un combate que seguro no tendría como fin la muerte de ninguno de los dos, el duelo acabaría con las voces imperantes de una de sus madres llamándolos a entrar en casa.
Que lejana creía tener esa imágen, bastante perseguida estos últimos días, ya pensaba además que esa señal, la de aviso de niños jugando, desaparecería por completo, sustituida por alguna que avisase que entrabamos en una zona de juego virtual a manos de cualquiera de los tantos formatos informáticos y de bolsillo que poseen nuestros niños, sobretodo en estás fechas en las que seguro quedan por casa restos de papel de regalo.
La verdad ha sido un regalo sorprendete y de apoyo a las clases de interpretación, con la tan repetida consigna de," que todo es un juego"," acordaos de cuando jugabais a...", imágenes lejanas que afortunadamente hoy han tenido su apoyo.
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